Compañía de Fusileros

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Categoría padre: Historia Guardia Civil
Categoría: Antecedentes a la Guardia Civil
Publicado el Jueves, 27 Octubre 2016 19:54
Escrito por Antonio Mancera
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MIGUELETES-CATALUNA

Creada por Felipe V por Real Orden de 21 de abril de 1719 y a propuesta de las autoridades principales de la región, se organizó esta compañía para la persecución y exterminio de ladrones y salteadores, previniendo que se organice "bajo el pie que estaba montada la fuerza del Baile de Valls" (Mozos de Escuadra), al que se le confirió el mando de la unidad, nombrándosele luego Comandante general de toda la fuerza.

La organización se hizo por facultad concedida por el Rey al Capitán General del Principado, marqués de Castell-Rodrigo, como Cuerpo de Fusileros. El primero y segundo comandantes estaban graduados de oficiales del Ejército, llevaban la escarapela encarnada y el distintivo o divisas de sus grados.

Los fusileros no tenían derecho a ración de pan ni a alojamiento, siendo por su cuenta ambas cosas. Estaban libres de cargos concejiles, pero carecían del fuero militar y sólo el correspondiente a los auxiliares de la Justicia. Estaban asimilados a una especie de alguaciles especiales, armados y sujetos en sus causas a la Justicia ordinaria.

Sólo disponían en los primeros años de su funcionamiento de una especie de instrucciones que recibían del General o de la Sala del Crimen de la Audiencia de Barcelona, la que concluyó por redactar unas ordenanzas para su régimen y servicio por orden del Supremo Consejo de Castilla, cuyo Tribunal las dio por aprobadas.

Como misiones principales tenían las de auxiliar a las Justicias, rondar los caminos, averiguar el paradero de los malhechores, perseguirlos y aprehenderlos, capturar a los desertores, pagando los regimientos a los cabos y fusileros el premio que las reales ordenanzas señalaban. Podían disfrazarse para la práctica de determinados servicios, cuando su índole lo exigiese, dando cuenta inmediatamente al Capitán General y a la Sala del Crimen de la Audiencia de Barcelona, en cuya ciudad residía el Cabo principal o Comandante de los Fusileros, quien daba parte diario de las novedades al Capitán General.

Los Fusileros no pasaban revista de comisario o "muestra". Procuraban mantener siempre cubierta la plantilla. Para ello el comandante cubría sus vacantes en propuesta que elevaba al Capitán General. Los Fusileros no sufrían descuentos de inválidos en sus haberes, pero tampoco disfrutaban de hospitalidades; se organizaron en Montepío particular para poder socorrer a sus viudas, huérfanos a "inutilizados por actos del servicio".

Aguado

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